jueves, 25 de marzo de 2010

La Poesía del Espacio

En este trabajo, después de haber leído ensayos de diferentes autores cerca del espacio de un hogar y cómo se relaciona sentimentalmente con las personas que viven en él. Proyectamos una composición uniendo las plantas arquitectónicas de nuestras casas y de este modo creamos una sola teniendo como centro un jardín grande con una alberca o un lago pequeño. Cada una de nuestras casas quedaba conectada con la otra por medio de este espacio que tenían en común.

martes, 16 de marzo de 2010

Bacherlard, G.

La Casa

Del sótano a la Guardilla

El Sentido de la Choza

I

Para realizar un estudio fenomenológico de los valores de intimidad del espacio interior, la casa es un ser privilegiado. Para lograr esto debemos ver más allá de los detalles de la descripción de la misma. “La casa es nuestro rincón del mundo… nuestro primer universo. Es realmente un cosmos.” (Bachelard, 2000).

Todo espacio que sea habitado tiene como esencia la noción de casa. La persona que se resguarda en un espacio hace sensibles los límites de su albergue y vive la casa con el pensamiento y los sueños en la realidad y en su virtualidad.

Las personas tenemos gran cantidad de recuerdos, de los cuales, los recuerdos creados dentro la casa tienen una mayor tonalidad o calidez que los recuerdos creados en el exterior, pues la casa alberga a la persona que sueña, la casa dos da paz para poder soñar.

La casa le da a nuestros pensamientos, recuerdos y sueños un sentimiento de integración y el pasado, el presente y el futuro le dan a la misma dinamismos diferentes.

La casa recoge todo lo que es el hombre, todos sus pensamientos, sin ella el hombre sería un ser disperso, pues la casa es el primer mundo del hombre y ahí era donde éste se sentía protegido, por lo que tal sentimiento de protección continúa.

II

Gracias a la casa guardamos una gran cantidad de recuerdos, y si esta casa tiene muchos sitios diferentes dentro, los recuerdos se hacen más característicos y detallados. “El espacio conserva el tiempo comprimido. El espacio sirve para eso.” Y la memoria no registra la duración de un recuerdo, sino por medio del espacio.

III

Normalmente el inconsciente sabe estar a gusto en cualquier lugar. Y el psicoanálisis llama a la persona a vivir en el exterior, salir del albergue y experimentar las aventuras de la vida.

IV

Los valores del albergue con muy sencillos y se encuentran enraizados en el inconsciente de la persona que se les puede encontrar por una sencilla evocación, más que por una descripción detallada. La casa debe ser un lugar para soñar, un lugar en el que la descripción de tal sueño no sea posible decir; debe ser un lugar en dónde se pueda descansar del pasado.

Una descripción de una casa no puede hacer que otra persona sienta lo que la persona que ahí vivía siente al recordar todos esos sitios, recodar los recorridos, los aromas, etc. Así el recordar una casa se hace psicológicamente complejo.

La casa en donde se ha vivido por mucho tiempo está inscrita físicamente en nosotros. Por medio de costumbres, conocemos todos y cada uno de los rincones de nuestra casa. Podemos caminar en la oscuridad dentro de ella y acostumbrarnos a aquel escalón que es más alto que los demás…

V

“La casa es un conjunto de imágenes que dan al hombre razón o ilusiones de estabilidad.” Para ordenar tales imágenes se deben tomar dos puntos de enlace principales:

1. “La casa es imaginada como un ser vertical”;

2. “La casa es imaginada como un ser concentrado”.

La verticalidad se da por la localización del sótano y la guardilla, uno abajo y otro arriba. Y comúnmente es el sótano, oscuro y frío, a diferencia de la guardilla, el sitio de la casa al cual el hombre teme ir, pues todo el tiempo ese sitio es oscuridad total y el miedo se magnifica en tal sitio.

La torre, los subterráneos profundos, están en ambos sentidos verticales de la casa, como estamos acostumbrados, inconscientemente, a su verticalidad. En cuanto a las escaleras, tenemos sensaciones de cada una de ellas: las escalera que van al sótano, al pensar en ellas pensamos en “bajar”, es el camino hacia abajo lo que más se guarda en nuestros recuerdos y da una sensación de temor. La escalera que va al cuarto se sube y se baja, pues es normalmente un área de transición y que es frecuentemente utilizada para andar en la casa y da una sensación familiar al ser tan utilizada. Por último la escalera que lleva al desván es una escalera que siempre “sube”, el subir por esa escalera tan inclinada es lo que queda en nuestra memoria después y da una sensación de soledad tranquila.

Otro detalle importante de la casa y su localización es el ruido del sitio en dónde se encuentra, pues si ésta está en la ciudad van a ser comunes los sonidos de los autos y el gran alboroto y agitación que hay en este lugar, mientras que en espacio rural no habrá tanta agitación y será un lugar más silencioso.

VI

“Los centros de condensación de intimidad donde se acumula el ensueño”. Estos centros de condensación o concentración son los sitios de la casa en donde nos sentimos más seguros y con más fuerza que en ningún otro sitio. Es ahí de dónde guardamos más recuerdos.

“Las imágenes, los grabados sencillos, los ensueños de nuevo. Nos devuelven estancias del ser, casas del ser, donde se concentra una certidumbre de ser.”. Las imágenes no pueden permanecer quietas, pues una imagen irradia ondas de imaginación.

De muchas maneras se tiene esa intimidad con el hogar, con los recuerdos y las imágenes. Todo está en la cabeza e imaginación del hombre, quién tiene todo un libro de recuerdos y sensaciones personales de su casa de la infancia.

Bibliografía:

Bachelard, G. (2000). La poesía del espacio. Editorial Fondo de Cultura Económica. 2ª Edición en español: México.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Marie Vogelzang

Marie Vogelzang


Nació en Alemania. Le gusta jugar y diseñar con la comida.

Como diseñador experimentas, y ella experimentó con la comida. Iba muchas veces a su cocina y era ahí en donde se sentía más a gusto. Veía los ingredientes como materiales de diseño y ella veía una gran cantidad de posibilidades de diseño en los alimentos que encontraba.

Piensa que la comida está muy bien diseñada por la naturaleza, por lo que no se llama a sí misma “Food Designer”. Por lo que ella se centra en la experiencia que el comer da y trata de hacerla diferente y única. Dice que la gente “pone su diseño dentro de su cuerpo, al comérselo”.

A Marie le interesa todo el proceso que lleva la comida, desde que se siembra, se cosecha, se come… hasta que termina en el baño.

En una ocasión una persona le dijo que pusieran una tienda/restaurante/estudio (llamado Proef) (está localizado en Rotterdam) de comida en donde ella iba a poder diseñar la comida y venderla.


Tenían una cocina abierta, así la gente podía ver la cocina y cómo cocinaban. Cuando la persona llegaba le preguntaban su nombre y su fecha de nacimiento y con esa información Marie sabía qué signo zodiacal y elemento eran (agua, tierra, aire o fuego) y según esto hacía un diseño acorde a su elemento.

Como en el restaurante en Rotterdam había mucho ruido, en Ámsterdam puso un estudio para ponerse a diseñar, aunque también era restaurante, pero decididamente menos concurrido que el anterior.

Comúnmente los sabores de la comida se relacionan con el color.

Hizo un diseño para una cena de navidad, en la que el mantel de la mesa no caía al suelo, sino que lo elevó hacia el techo, de tal manera que la gente tenía que asomarse por agujeros hecho en el mantel que iba hacia arriba para poder comer. A unas personas les ponía un platillo y a otras otro aparte de que el plato de cada quién estaba cortado en dos. Así las personas comenzaban a compartir comida entre todos y de esa manera se cumplía el sentido de la navidad, que es compartir.

En otro diseño colocaron una mesa cubierta de masa para pizza con lámparas que emitían calor y las dejaron toda la noche prendidas para que se cocinada la masa. Y para comer la comida tenias que comer la harina cocinada.

Para una comida para un funeral colocó comida color blanco, ya que el blanco en los países orientales representa a la muerte. Y éste color daba suavidad y tranquilidad al ambiente.

Creo un “árbol” con focos y ponía harina para galletas encima y cuando ésta se cocía, se caía al suelo y la gente podía comérsela, justo como cuando si fuera el fruto de un árbol cuando está ya maduro.

Creó una instalación en el museo Van Gogh en España llamada “A Rose of Fire”, que era la figura de un hombre con pequeños pedazos de jamon español con forma de rosas sostenidos con largos palillos y la gente podía comerlos.

En otro proyecto presentaba la comida clasificada por colores y señalaba qué era lo que los colores transmiten, por lo que la gente que comía la comida de ese color obtenía en su interior eso que transmitían (felicidad, energía, etc.).